Nuestro taller de los viernes se denominan "Compartiendo Experiencias" y eso es lo que hicimos el viernes 27 de septiembre. Nos reunimos un grupo de mujeres durante dos horas y después de presentarnos comentamos algunos de los tópicos machistas que se dan en nuestra sociedad.
"En algunos bares, la cerveza se la ponen al hombre y el refresco a la mujer",
"cuando el fontanero viene a casa le habla al marido y no a la mujer que al fin y al cabo es la que le ha llamado y sabe lo que pasa",
"la reducción de jornada es solo para las mujeres..."
Este último fue el tema que más debate suscitó. Todas coincidimos en que son las mujeres las que suelen dejar de trabajar o piden una reducción de jornada laboral para atender a menores y a mayores (dependientes o no), con todo lo que conlleva después. A las mujeres con reducción de jornada no se las propone para ningún tipo de mejora o avance laboral, entre otras cosas.
Todas teníamos familiares o conocidas que habían pasado por esa situación.
Todas teníamos familiares o conocidas que habían pasado por esa situación.
Una de nuestras compañeras nos contó que un hijo suyo había pedido la reducción de su jornada laboral para encargarse de sus niños junto con su esposa. Entonces empezó a sufrir, lo que más tarde se dio cuenta que era lo que habían estado sufriendo sus compañeras, en la misma situación. Su empresa le había "castigado" de diferentes maneras: no le ascendieron de puesto de trabajo, a pesar de que era muy buen trabajador y tampoco le dieron extras de dinero para motivar su esfuerzo, como hacían con el resto de personal que trabajaban a tiempo completo.
La ley ampara a mujeres y a hombres para que opten a la jornada reducida, pero luego las empresas no lo terminan de ver bien. También comentamos que muchas veces coger una jornada reducida es hacer tu mismo trabajo pero en menos tiempo, con lo cual el nivel de carga y estrés es mayor y encima nadie te lo recompensa.
"Mujeres y hombres tienen que luchar juntos para que puedan reducir sus jornadas como establece la ley sin que por ello sean castigados al "rincón de los vagos".
Después de debatir nos pusimos manos a la obra para crear un tablón de anuncios para visibilizar nuestros talleres de los viernes.
Nuria nos enseñó a hacer con goma eva: flores, mariposas, lacitos, estrellas, ramas con hojas...
Entre todas decidimos como colocaríamos los objetos de goma eva en el tablón, ya que cada uno tenía su simbología: las mariposas indicarían las excursiones que haremos, las flores y las hojas la libertad con la que podemos hablar en estos talleres y las estrellas ese mundo mejor por el que tenemos luchar.
Nuria nos enseñó a hacer con goma eva: flores, mariposas, lacitos, estrellas, ramas con hojas...
Entre todas decidimos como colocaríamos los objetos de goma eva en el tablón, ya que cada uno tenía su simbología: las mariposas indicarían las excursiones que haremos, las flores y las hojas la libertad con la que podemos hablar en estos talleres y las estrellas ese mundo mejor por el que tenemos luchar.
Estuvimos muy entretenidas porque mientras hablábamos de tópicos y decorábamos el tablón pudimos "compartir nuestras experiencias" algo que no tiene precio.
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